Procesionaria del pino

Procesionaria del pino: una plaga peligrosa para nuestras mascotas

La llegada de enero marca el inicio de la temporada en la que nuestras montañas se ven invadidas por las temidas orugas de la procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa). Estas pequeñas criaturas pueden causar estragos en la salud de nuestros animales de compañía, llevándolos incluso a requerir atención veterinaria debido a los pelitos urticantes que las recubren.

¿Qué es la procesionaria del pino? Se trata de un insecto cuya forma peligrosa es la oruga, la cual se transforma en mariposa en su etapa adulta. Esta plaga se ha vuelto cada vez más presente en toda la península ibérica y en las islas, debido al cambio climático y al aumento de las temperaturas que favorecen su ciclo de reproducción.

Estas orugas encuentran su hogar en los nidos sedosos construidos en las especies de la familia de los pinos. En enero, descienden de los árboles en busca de un lugar donde enterrarse y transformarse en crisálidas. El vuelo de las mariposas adultas ocurre a finales de verano y principios de otoño, momento en el que crean nuevos nidos para reproducirse.

El nombre de «procesionaria» se debe a la peculiar forma en que estas orugas se desplazan: caminan en fila y forman largas procesiones. ¿Cuál es su objetivo? Buscar acículas de pino para alimentarse y encontrar un lugar adecuado para enterrarse y pasar a la siguiente fase de su ciclo vital.

Aunque las orugas de la procesionaria del pino pueden causar estragos en la flora y la fauna de nuestro entorno, existen depredadores naturales que colaboran en su control. Diversas aves, como el mochuelo o la abubilla, así como algunos mamíferos como el lirón gris, arácnidos y hormigas, se encargan de mantener a raya la población de estas plagas.

Sin embargo, el problema principal radica en que, como seres humanos, somos responsables de la destrucción de la flora y la fauna que nos rodea. Esta acción directa e indirecta causa la eliminación de los depredadores naturales de la procesionaria. Sumado al impacto del cambio climático, nos enfrentamos a un problema que afecta a nuestros animales de compañía.

Entonces, ¿qué podemos hacer al respecto? Es fundamental cuidar nuestro entorno y respetar la naturaleza que nos rodea. Optar por productos locales y ecológicos, oponernos a la deforestación y apoyar la reforestación con especies vegetales autóctonas de nuestra zona son acciones concretas que pueden marcar la diferencia.

Si tu animal entra en contacto con estas orugas, es crucial acudir rápidamente a un veterinario. Mientras tanto, puedes lavar la zona afectada con abundante agua, ya sea la lengua, la nariz o incluso los ojos. Cuanto más rápido y minucioso sea el lavado, mayores serán las posibilidades de salvar a tu animal.

Nido procesionaria

Algunos de los síntomas que pueden indicar la presencia de intoxicación por procesionaria incluyen salivación excesiva, inflamación en la boca o el hocico, incapacidad para abrir los ojos o lagrimeo abundante. Si observas alguno de estos signos, no dudes en buscar atención veterinaria de inmediato.

En conclusión, la procesionaria del pino es una plaga peligrosa que afecta a nuestros animales y al equilibrio de los ecosistemas. Con conciencia y acciones responsables, podemos contribuir a su control y proteger la salud de nuestros animales de compañía. No olvidemos que somos parte integral de la naturaleza y nuestra responsabilidad es cuidarla.

Silvia Arnandis

Veterinaria

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